Querido Jon, aunque en tu primer párrafo lanzas una clave de interpretaciñon plausible, el análisis sigue sobre la base de inexactitudes.
Para quienes sí vivimos el terremoto (todos quienes vivimos desde la región de Coquimbo hasta la región de la Araucanía (más de 1200 kilómetros desde norte a sur, en donde se concentra el 80% de la población de Chile) estaba claro que estábamos ante una catástrofe de proporciones.
A las 4.00 am aproximadamente ya se estaba evaluando la situación desde la oficina de emergencias, con la presidenta Bachelet a la cabeza. En efecto, ella jamás dijo que no se necesitaba ayuda internacional, lo que dijo es que había que dimensionar la situación para poder clarificar qué tipo de ayuda internacional se requería. A las horas se solicitó la ayuda internacional en hospitales de campaña, teléfonos satelitales, puentes mecano, equipos electrógenos, purificadores de agua y sistemas autónomos para diálisis, entre otras cosas. Ésa es una primera precisión.
La segunda, éste es el terremoto más grande y devastador en 50 años. No sólo afectó Concepción, sino también Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, Rancagua, San Fernando, Talca, Curicó, Constitución, Talcahuano, Santa Cruz, y decenas de poblados costeros en donde, posterior al sismo, el tsunami terminó de arrasarlo todo. Ésa es una segunda precisión. No es un terremoto acotado a un territorio, como fue el de 1985, el de 1939, el de 1906 o incluso el de 1960. Éste es un terremoto que ha afectado seis regiones del país, dejando hasta ahora 2 millones de damnificados. Sólo en Santiago los daños estructurales en los edificios tanto patrimoniales, como públicos y residenciales (antiguos y nuevos) tendrán un costo de miles de millones.
En ese contexto, en menos de 2 minutos, el país vio como la única carretera que nos conecta con el sur quedó cortada impidiendo por horas, la llegada de ayuda; cómo el sistema de distribución de energía también colapsaba dejando sin electricidad, agua y comunicaciones a cientos de miles de personas. En ese contexto, y particularmente en la ciudad de Concepción, la posibilidad de saqueos era absolutamente real. Y no es primera vez que pasa en la historia de nuestros terremotos.
El terremoto, estamos de acuerdo, nos permitió ver lo que había detrás del decorado (y que no había que ser experto para verlo): las profundas desigualdades que existen en Chile, el miedo -también profundo- al otro que ya había planteado Lechner hace más de una década, y la fragilidad institucional e ineficiencia en la gestión que plantea la centralización política y administrativa.
En fin, da para largo, lo que quizás quiero decir con todo esto es que lo que ha ocurrido en Chile es un cataclismo -nada menos- y que aunque las imágenes de los saqueos y de los militares en las calles son seguramente muy provocadoras para analizarlas, no hay que olvidar que es cómo los medios han construido el relato de estos días, y esos medios -no podemos abstraernos de ello- están jugando un rol en un contexto político específico.
Un abrazo, Lore
In response, I wrote:
Lore, gracias por este comentario. Creo que estamos de acuerdo en casi todo: claro que sí fue (y es) un catástrofe, con consecuencias graves.
Mi única observación fue sobre la diferencia entre las expectactivas y representaciones de los desastres en Chile y Haiti, y así de las distintas imágenes sobre los dos países. Y claro que estoy hablando mayormente de los medios extranjeros. Pero en todos lados está la comparación. Aquí, por ejemplo: http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/8543324.stm.
Bueno, sobre el papel de los medios en Chile mismo (y he estado leyendo también lo que dices en Twitter, sobre los rumores y el intento de fomentar pánico), bueno eso es otro asunto , aúnque quizás relacionado en tanto que esté reapareciendo una práctica de seguridad basada en un discurso de miedo hacia los pobres. Habrá en algún momento mucho para decir sobre eso, sin duda, pero claro que no fue mi intención en mi breve entrada.
Mientras tanto, gracias por la precisión sobre la actitud de Bachelet sobre la ayuda internacional. Otra vez, quizá sea esto simplemente una instancia más de como se ha escrito sobre el desastre en los medios, y revisaré lo que he puesto en el blog al respecto. Pero sí hubo mucho reportaje sobre esto, también. Vease por ejemplo http://www.csmonitor.com/World/Americas/2010/0301/Chile-earthquake-President-Bachelet-opens-up-to-foreign-aid.
Mientras tanto, sobre todo me alegra oir de tí. Estoy pensando en tí y en mis otros amigos chilenos. Un fuerte abrazo.
Let me just end by saying that my point is not to give credence to the way in which the disaster in Chile (or in Haiti) has been reported; rather, quite the opposite. And I am sure that there is much to be said about the ways in which it has been covered in Chile itself, but I have been reading the international rather than the national press, which is (again) precisely where such comparisons between Chile and Haiti have been most prevalent.
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